Unas 160 mujeres viven de este trabajo y temen que la arcilla se acabe, después de excavar predio en más de 2,5 metros.
Cera, barrio de la parroquia Taquil, ubicado a 45 minutos de la ciudad de Loja, es famosa por las tradicionales ollas de barrio y otros objetos de cerámica que se elaboran de la arcilla y arena. Mucho se ha hablado de este oficio y de las obras de quienes viven en este sector. Pero muy poco se conoce del largo proceso y trabajo, que empieza desde la extracción de la arcilla, una tarea que resulta agotadora, pero representa una fuente de ingreso para las 160 familias aproximadamente que se dedican a este trabajo. En Cera, hay un terreno de una hectárea, aproximadamente, donada por Vicente Burneo, quien era dueño de lo que hoy es este barrio, de allí las mujeres que viven de la fabricación de los artículos de cerámica, se abastecen de arcilla como material para su faena diaria.
Lida Uzho, de 57 años de edad, habitante de Cera, es una de las artesanas que le han dedicado su vida a este oficio: lo aprendió desde los 7 años. Comentó que el proceso de elaboración es agotador. Empieza desde ir al lugar donde está la arcilla, que se extrae con maquinaria como una retroexcavadora, eso cuando cuentan con los recursos para pagar al maquinista, que son contadas veces. Pero la mayoría de las mujeres, logran sacar la arcilla con una barreta, dependiendo de la cantidad de artículos que vayan a elaborar. Esto “es muy cansado, la barreta pesa mucho, pero de esto vivimos” comentó Uzha, quien teme que la arcilla algún día se termine, debido a que en el terreno donado, de donde extraen el material, tiene ya una profundidad de casi dos metros y medio por las excavaciones que realizan a diario. Pero su tarea debe continuar, luego de unas horas que les toma sacar la arcilla, empieza su obrar como alfareras: hacen una mezcla con la arcilla, barro y arena, Lida Uzha, agregó que la arena debe estar completamente seca, lo mismo que la arcilla, una vez cumplido este paso, ciernen la arena y la mezclan con barro remojado, “…Debe coger cierto punto esta mezcla para poder elaborar las ollas, si hay mucha arena, se pierde esa consistencia” dijo. Son aproximadamente unos tres o cuatro días que les toma a las artesanas elaborar las ollas u otros bienes. Luego si, las llevan a varios lugares a exponerlas, unos, en sus propias casas tienen un espacio donde exhiben su trabajo. Las ollas son muy solicitadas en la provincia e inclusive fuera. Otra de las habitantes de Cera, Claudia Robalino, quien por más de 10 años también realiza esta actividad, señaló que la genta gusta mucho de este arte, se vende con frecuencia las ollas, muchos los prefieren por los beneficios saludables que ostentan: “Es preferible una olla de barro que una de aluminio para hacer el arroz” citó. Constituye una fuente de trabajo para cientos de familias las famosas ollas de barro y otros elementos como floreros. Puede ser que sea cansado, “ya estamos acostumbrados, hasta sacar el material es duro, de ahí ya es cuestión de la creatividad de cada uno” refirió Robalino. Mujeres artesanas solicitan mayor apoyo con maquinaria para que la profesión no resulte muy pesada, así mismo requieren que el barrio Cera, sea adecentado, para que los turistas visitan el lugar y se lleven las ollas, hechas por manos de lojanos. (JMG).
Detalles
Lida Uzha, es hija de Luz Robalino, quien ganó el primer lugar en el proyecto “Saberes ancestrales”, organizado por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, por transmitir su trabajo, en este caso a su hija: el conocimiento de elaboración de cerámicas. En Cera, las mujeres, que en su mayoría son madres de familia viven de este oficio; con la ayuda de sus hijos sacan el producto final a la venta y disposición de la ciudadanía, no solo en la provincia de Loja sino a diferentes latitudes del país. Los costos van desde un 1 dólar hasta los 600 dólares, todo depende del modelo, tamaño del objeto y gusto de los clientes.